lunes, noviembre 07, 2005

Una particularidad más de mi vida

KV dedicado a: mi mismo por haber sido capaz de no ver GH durante tres semanas y darme cuenta que no pasa nada.

Hmm... Un día raro para este mocetón de Barcelona. Es lunes y como siempre digo, no es un mal día en absoluto (ver capítulos anteriores acerca de mis teorías conspirativas revolucionarias estatutarias acerca de la bondad de los lunes). Nada malo este lunes de hecho. Y es que aunque no tengo mucha idea de pq pero estoy muy contento.

Bueno, tampoco es que bote de alegría, ni regale caramelos a los niños por la calle, ni ayude a las viejecitas a cruzar la calle en plan peli del Frank Capra... No, simplemente tengo un estado de pseudo-felicidad que me tiene la mar de a gusto.

No es que sea extraño, yo me apaño muy bien conmigo mismo y mi vida, y casi siempre estoy de buen humor y pensando en positivo. Que sea un agobiado ("No te agobies, Xavi") no quita para que no sea feliz en general. Una generalidad que abarca yo creo que una gran parte de los días de mi vida.

Luego están las excepciones en que tengo días, que desde hoy y en adelante de mi vida, y como homenaje a una buena persona, llamaré días "me derrumbo". Bien esto pasó hace un par de sábados. Momento horrible de hundimiento titaniquiano que me llevó a un nocturno descenso a los infiernos.

Y por último están los días como hoy, o más bien las rachas como en la que estoy ahora, en que todo es bonito y está bien. Una racha que empezó después de un momento de agobio máximo que tuve el miércoles pasado. Relacionado con el curro me cabreé y me deprimí mucho (por no decir un huevo)... Me fui al campo del Barça agobiao y peleado con la humanidad, y mira por donde se obró el milagro. No sé como pero todo más o menos fue a mejor. Ganamos el partido, me fui feliz a dormir, me levanté mejor, y ya desde ese día he encadenado muchos momentos tontos de estar bien. A ver, que nadie lo relacione con el fútbol. Pero coincidió y desde ese miércoles noche pues la multitud de pequeñas cositas que han constituido mis días me han llevado al estado de hoy, en que puedo decir que estoy encantado de haberme conocido.

¿Será el Stolichnaya del convite de la boda del sábado? Hmm… Quién sabe, pero tampoco me hace tanto efecto el alcohol. ¿Será que hace casi dos semanas que no me meto en el metro para ir y venir de trabajar y puedo dedicarme a ver a la gente ir y venir por las calles a través de los cristales del bus? Bueno, tal vez. ¿Será que me he vuelto a enamorar? Je, je, aquí seguro que habéis abierto los ojos como platos para leer lo que sigue. Pero no, tampoco es eso hace ya mucho que no me enamoro o me medio enamoro de nadie. ¿Será que ya ha nacido la hija del Príncipe? Con lo republicano que soy yo, no puede ser eso. ¿Será que ví a uno de mis mejores amigos casarse? Esto seguro que ha puesto un granito de arena. ¿Será que ya son cuatro los blogs que leo con asiduidad? Otro granito. ¿Será que cada vez veo menos la tele? Quien sabe.

Así que en resumen no sé pq estoy tan bien estos días. Un poco raro si que lo soy, así que esto de estar feliz por nada en particular debe de ser una más de mis particularidades no definitorias (pq creo que ni me definen ni me dejan de definir). Pero a ver, sea como fuere, que nadie se crea que soy un esquizofrénico que tengo cambios de humor raros y que paso de la locura a la cordura sin motivo. Simplemente creo que sé valorar mucho las pequeñas nimiedades de la vida, y no espero que sea todo como un eterno estar arriba en la noria. Por eso es que seguramente, a la que se juntan cuatro o cinco cosas triviales juntas, me doy por satisfecho y lo disfruto.

Por ejemplo, hoy mi día, dejando de lado esto de escribir, ha acabado con mi primera visita a la piscina en mes y medio creo. Pues me he sentido más feliz que el bomba que se dice. Media horita casi sólo por mi calle en las que he podido pensar mucho sobre muchas cosas. Como me encanta nadar, y pensar. La de cosas que he reflexionado dando brazadas. La de días “me derrumbo” que salvé hace un tiempo gracias al agua con cloro.

En fin, que el post de hoy es más bien una reflexión para mí que seguro que nadie entenderá, así que lo dejo por aki. Sólo espero que todo el mundo que haya leído esto, se encuentre más o menos feliz consigo mismo.

Los que respondan que no, que abran bien los ojos, pq seguro que no se han dado cuenta de algo por lo que vale la pena estar algo más alegre. Si yo, que soy un agobiado de la vida, lo consigo sin más, como no vais a poder vosotros, los de ahí fuera.

Hala, el que quiera que se desahogue y me cuente en algún comentario, si considera que es irracionalmente feliz (¿se puede ser acaso racionalmente feliz?). Venga incluso tú que ya sabes quien eres.


Canción del día: Fiesta de The Pogues. Aunque no la reconozcáis por el título, seguro que la habéis oído mil veces. Es una ida de olla sensacional. Ahí va el estribillo "... Come all you rambling boys of pleasure, and ladies of easy leisure. We must say adios! until we see Almeria once again..."