No te agobies, Xavi
KV dedicado a: a todas y cada una de las gotas que se juntan unas con otras para formar el mar Mediterráneo. |
Fin de semana rarito. La verdad es que ha sido un fin de semana muy de recogimiento y es que casi no tenía ganas de hacer nada. Y conseguí precisamente eso, no hacer casi nada de forma social.
Me veía que iba a pasar. Después de días de mucha agitación siempre tiendo a buscar algo de intimidad y sosiego para mi mismo. Me va bien y me aporta balance. Y esta semana pasada había tenido muchísimos eventos que me llevaban algo cansado.
Martes, pase de modelos con Willow y Kaos, mis estilistas, pateada en busca de unas botas para Will, seguido de la cena obligada para pagar en especies (una cena, eh, malpensados) los servicios que me prestaron (de estilistas, eh, malpensados)…
Miércoles, día larguito en la oficina, culminado con partido del Barça en el campo. Vuelta a casita tardía, y enrollada en el blog. Seguimos acumulando sueño y cansancio encubierto.
Jueves. La gran cena proyectada desde hacía días y que tantos “dolores de cabeza” me dio al final. “No te agobies, Xavi” que diría mi guía espiritual de cabecera. Al final, la cena y copichuelas posteriores, fueron un éxito y me lo pasé en grande. 4 de la mañana y el Xavi que se mete a dormir.
Viernes. Sólo tres horas después, Xavi que se debe despertar… Hala, autobús y al curro. Suerte que Dios nos dio a mí y a mis Grandes Discípulas una sesión de traspaso no prevista, en que no tuvimos que hacer nada. Nada de nada. Así que el viernes en que ya estaba bastante dormido psíquicamente, pude descansar y hablar de cualquier cosa con ellas. Por la tarde, ayude a una compañera en otro tema, y mansamente me planté a las 7 en la calle…
Empezaba mi fin de semana de descanso y reflexión. Pero no. Como en el anuncio ese de Movistar de la chica que tarda mucho en responder, “Llamaaaadiiiita, llamaaaadiiiita, oe, oe, oeeee” Mi colega Christian (si con h como Raphael que diría él) me llamó y me invitó a cenar y ver una peli con Silvia, su mujer y gran amiga (como que les presenté yo a los 13 años). Así que allí que me fui. Y volvió a estar genial. Además como viven a dos calles de mi casa, puedo ir casi casi en gayumbos ya que es como estar en mi casa. Una cena maravillosa, y es que Silvia cocina de maravilla, y luego vimos una peli de la mil que tengo en casa y que no he visto, “Alfie” del Jude Law (si pudiera transformarme en otro hombre, y sé que esto queda algo raro, me gustaría ser como él). Total a las 3 a casa…
“Xavi, no te agobies” Pues bien, a las 3:15 de la mañana de esa noche de viernes al sábado, el Xavi se agobió de verdad. Y muchoooooo. Tocaba medio derrumbe moral, el típico de cada tres meses o algo así. Y tuvo todos los puntos de un agobio de los míos.
Recordar a los que ya no están, punto clave de la historia, y no hablo de muertos, sino de mis amores perdidos. Y es que durante estas semanas he revivido algunos de esos capítulos (para bien, que nadie se sienta mal por ello, que me gusta mucho recordar algunas cosas), y si coinciden con momento chof, pues se transforman en melancolía desaforada que me hace “llorar por las esquinas” (de forma figurada). Repaso mental de muchos momentos, buenos, pero también malos, hasta llegar a lo que yo llamo la fase “easy”. “Y si” esto, “y si” aquello, “y si” hubiera, “y si” lo de más allá. Como diría la Shakira “fue una tortura”.
La fase del “cuando encontraré a mi heksje de verdad” ni la saco a relucir pq es de las más estúpidas que uno se pueda plantear, pq no se puede racionalizar en exceso.
Luego, paso a la fase de “los demás están mejor” en la que repaso la vida de la gente que me rodea, y por comparación creo que estoy todavía peor. Y esta semana he visto mucha gente feliz de sus vidas, quizás sólo una ligerísima excepción, pero vamos, los demás como nunca. Y con Christian y Silvia ya fue de morirse. 17 años juntitos, y salvo un pequeño desliz que tuvo él, que tuve que arreglar yo como siempre, pues 17 años de amor sin tregua, que nunca se les acaba… Madre mía, siempre hacemos la misma broma desde hace años. Contamos los años que ellos llevan juntos, y calculamos cuando yo llegaré a tener lo mismo con alguien caso de que conociera a esa persona al día siguiente. Hace unos años cuando llevaban 8 o 9 la broma no sonaba mal, y me ponía en que teniendo 21, pues a los 30 lo podría decir. Ahora con 17 que he de sumar, me voy a… entre los 45 y 50… Y ya digo lo de Christian y Silvia no ha sido lo único feliz que he visto esta semana, que me ha hecho sentir el típico “los demás están mejor”.
Luego, y esto ya intentando infructuosamente dormir, he llegado al “mi vida no avanza”. Terrible, ya que entonces, me vuelvo a replantear el que he de hacer algo con todo lo que no me gusta de mi vida. Y casi todo se reduce al “debes volar del nido, ya”. Esta semana he hablado de ello con Kaos y Willow (la gente de fuera de tu vida de cada día a veces lo ve más claro todo). Y ahí si que me da agobio y vértigo mortal, ya que creo que está llegando el momento de verdad de hacerlo. Sino, me puedo despedir, ya que más tarde puede que me vea más atrapado. Pero es que tengo tan pocas ganas de embarcarme en grandes empresas que sigo sin decidirme… Siempre encuentro la excusa, o me vendo la excusa de que no tengo tiempo como para perder, y que de hecho no estoy tan mal, ni hecho a faltar tantas cosas…
Y esta vez, por primera vez creo que en cinco años, tuve una fase “me equivoqué de trabajo”… Y es q creo que no estoy nada motivado por el trabajo desde que me cambiaron de proyecto. Jo, 5 años disfrutando cada día al venir a trabajar (bueno ya me entendéis me gustaría que me ingresaran la nómina sin más por supuesto) y ahora estoy fuera de juego… Supongo que es un poco de miedo escénico por lo que me viene encima, pero en un momento de ir “down”, pues todo vale para sentirse más apenado… Pero vaya esta fase del tema trabajo creo que fue algo que ya me regalé a las 6 de la mañana pq yo lo valgo, pero que tiene una importancia mínima comparado con lo otro.
Total que casi, casi no pude dormir esa noche… Dándole vueltas a todo como sólo yo soy capaz de hacer. “You always overthink” que me decía la mejor cocinera de kippenvleugels del mundo, que mi guía espiritual de guardia condensó en un más castizo “No te agobies, Xavi”.
Pues a veces, ni tan siquiera yo que soy optimista por naturaleza, puedo reprimirlo y me agobio de verdad, no los nervios tontos del cada día. Como este sábado. Tuve uno de esos momentos como para poner ese CD que tiene una amiga “Me derrumbo”… Que gran idea, tener un CD así, algo tétrico pero quizás de esas ideas que te hacen reaccionar. Yo no tengo un CD me derrumbo, pero tengo miles de canciones que me recuerdan mil cosas, y que son equivalentes. Así que el sábado hice eso, dormir mucho, enclaustrarme en mi mismedad sin hacer nada que fuera productivo, y cuando se hacía tarde-noche ir hasta el sitio que me ayuda a ponerme en mi sitio. El mar. Allí estuve el tiempo suficiente para despejarme un poco. Viendo el mar que todo me lo cura, y escuchando mis propias canciones de la fase me derrumbo… Y una vez más saltándome aquella que nunca puedo escuchar, pq es muy muy muy me derrumbo, y esa la reservo para algún me derrumbo especial que no ha llegado todavía.
Rechacé un plan de ir de excursión el domingo para no agobiarme ya con otro plan, y decidí sólo reservarme el domingo para ir al ver el Barça por la tarde, y para ir a correr con Lluis por la mañana.
Y todo surtió efecto. El domingo mi terapia de vuelta a la normalidad a base de sudar por las calles de Barcelona con mi mejor amigo funcionó y me sentí de una pieza otra vez. El sol brilló, y mi vida ya no era tan mala. Me alegré de que todos los que me rodean sigan siendo tan felices o más que yo, y me acordé del pasado sin ninguna fase “easy”.
Por la tarde el Barça jugó de fábula, escuché una voz amiga que se lo estaba pasando genial, y me fui a dormir pensando que yo soy el mejor psicólogo que puedo tener, y que me entiendo mejor de lo que creo.
Me despido de mi fase “me derrumbo” hasta navidades en que suele caer una de esas. Hasta entonces, Xavi seguirá siendo el de siempre.
Canción del día: I'll be there for you de The Rembrandts. Es la canción aquella de la serie Friends. Siempre me ha gustado esta canción y habla de momentos me derrumbo "...So no one told you life was gonna be this way, your job's a joke, you're broke, your love life's D.O.A..." Por cierto, DOA signfica Dead On Arrival (ingresó cadáver) |
2 Comments:
Estas fases son normales de vez en cuando, a todos nos ha pasado en algún momento de nuestra vida, y no es del todo malo, significa que sigue habiendo algo de fuego en nuestro interior, que aún no hemos perdido las ganas de sentir y volver a vivir todas esas emociones.
A veces ese momento llega cuando aparentemente mejor estás porque también es cuando más receptivo a todo estás, pero lo bueno es que lo sabes llevar y te conoces y sabes como curarte hasta el próximo ataque de melancolía...
Y eso sí, Xavi, no te agobies, que a veces, creo que eres demasiado receptivo a todo y las cosas te preocupan más de lo que debieran, no hablo de tu ataque de melancolía en sus diferentes fases, sino de lo que la gente te dice en el día a día...
Y esto solo es una opinión, disfrazada de consejo, así que puedes obviarla y no hacerme caso ;-)
Will, como no te voy a hacer caso yo... La frase del "No te agobies" pienso llevarla encima a fuego para intentar evitar (me costará) preocuparme en exceso por todo, pq cada vez más, me doy cuenta de que no hay casi nada que sea realmente grave...
Y por supuesto que tus opiniones son escuchadas, creo que a diferencia de otras personas, yo me he hecho mejor escuchando a los demás, y aceptando consejos. Reconozco cuando las personas quieren hacerme la vida mejor.
No si al final esto del blog va a servir para arreglarme la vida. ¡No soy un caso perdido!
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