jueves, septiembre 22, 2005

Las musas

KV dedicado a: la pobre chica de OT que en la gala de esta noche ha tenido que cantar una versión traducida del Dancing Queen de Abba, que no sé que genio de la traducción ha perpetrado. Por cierto, que está cacho buena la chica esa.

Como no podía ser de otra manera, hoy nuevamente, mis musas predilectas han vuelto a ser fuente de inspiración para mi escasa materia gris... Ay, que haría un escritor sin una musa... Poco o nada, seguramente. Es por eso que yo me siento afortunado por partida doble, ya que no tengo una, sino dos musas...

Pues eso, que esta tarde se ha vuelto a obrar el milagro y por razones más bien kafkianas he llegado al tema del KV de hoy. Alguien ha llegado a mi mesa, y se ha llevado mi teléfono... Tal cual, "oye chavalin, me llevo el teléfono que él que lo tenía antes lo quiere"... "Too crazy for words" que decía otra musa que tuve hace unos años. Y así sin teléfono me he quedado. Soy un desgraciado.

Bien, en cualquier caso, nada que no suceda en las mejores familias. Dentro de unos días tendré otro teléfono y ya está. El caso es que como no, he tenido que notificar a mucha gente que ese número que les había dado el día anterior como fijo, ya no serviría para comunicarse conmigo. Entre esa gente, como no estaban mis musas, con las que he mantenido una serie de comunicaciones ultrasensoriales, que han acabado por despertar un tema que lleva rondándome la cabeza hace unos tiempos... Los tatuajes. Bueno, los tatuajes y yo, mejor dicho.

Les he preguntado a mis musas cual creían que sería el tatuaje idóneo para mí y en que parte del cuerpo lo situarían. Y la respuesta ha sido sorprendentemente rápida y contundente. En reunión suprema del Consejo de Musas Inspiradoras de Xavi (el celebérrimo CMIX) se ha tomado por unanimidad la decisión de qué, y cito sus palabras, "a ti no te pega llevar un tatuaje". Woooow !!! Luego me preguntaban "¿realmente te tatuarías?" Más woooowww...

Hmm... La opinión del CMIX es casi siempre inapelable, menudas son ellas. Las musas son lo que son y están ahí para lo que están. Son el órgano rector y regulador de gran parte de mi inspiración, y por tanto deben ser justamente tenidas en consideración. Pero esta vez me han sorprendido... ¿Me conocen más de lo que creo? o ¿Se creen que me conocen más de lo que creen? ¿Soy un libro abierto para la gente? ¿Se expande el universo? ¿Es cóncavo o convexo?

Varias cosas a comentar al respecto. Me ha sorprendido el que alguien me dijera que a mí no me pega algo. Es una expresión algo rara. Entiendo el significado medio de la misma. Que es poco probable que me tatúe algo (pq damos por sentado que no lo he hecho ya ¿no?) ya que seguramente sería algo que no estaría en línea con otras facetas de mi personalidad. Bien, es posible. Hasta estoy de acuerdo.

Pero ¿no es algo estremecedor que se suponga que haya cosas que seguro que no haré? Algo así como que se coarte el libre albedrío que se supone que rige nuestras vidas. ¡Qué pavor da eso! No, no hay cosas que dejen de pegar o no pegar con la gente. Nuestra vida no tiene salas VIP a las que no podamos entrar, eso sólo existe en algunas discotecas.

Sobre si me llegaría a hacer un tatuaje. Hmm... Esa si es una buena pregunta. Últimamente está muy de moda eso de tatuarse. Prácticamente no hay chico/a joven que no lleve algo de tinta en la piel. Algunos, o más bien la mayoría con un gusto opinable, otros donde no procede, unos cuantos lo llevan con mucha gracia, otros con más pena que gloria, pero vaya, que no sea por no llevarlo. Animales de todo tipo, letras chinas, nombres de personas, corazones, signos tribales, hasta un código de barras que le vi a una guiri hace unos meses. Con colores, sin colores, grandes, pequeños, en la espalda, en el brazo, el ombligo, hasta en la nuca como el Beckham (será quillaco el tío). Pues eso, que los tatuajes están ahí, en la calle que se diría. Cuestión de estética.

Y como no, yo me he planteado hacerme alguno más de una vez. Bueno, no hacérmelo, sino planteármelo. Y he de confesar que más de una vez he creído que no estaría mal. Incluso una vez llegué a decidir cual. Pero en aquella época tenía un motivo, como diría una de mis musas, para hacerlo. Un motivo. Supongo que entonces el tatuaje se convierte en un símbolo de algo que el portador quiere recordar, para sí mismo o para otras personas. Ese es el único acercamiento que encuentro algo acertado de los tatuajes. El tatuarse por estética no me dice mucho. Puede tener su gracia pero vaya, partiendo del hecho que nadie se pudiera borrar el tatuaje, seguro que dejaría a mucho infeliz por ahí llorando por las esquinas.

Los tatuajes, con motivo. Definitivamente. Pero entonces llego a uno de mis dilemas existenciales. ¿Qué pasa si el motivo inspirador desaparece? Si un buen día uno se levanta y no quiere ver más al "puto duende verde" que lleva en el hombro y que tanta gracia le hizo a los colegas aquella noche de infausto recuerdo. O si una tarde en el espejo del gimnasio uno desea que el unicornio encabritado que aparece tras una mística niebla, escape al galope de su espalda. O si alguien se va dormir sabiendo que la "Mari Puri" del corazón pintado en su pecho, ha restregado su "Carlos de por vida" y algo más, contra el alambre de espino del brazo de José Manuel. A tomar viento los motivos entonces ¿no?

Y ahí es donde entra mi yo. Cada vez que me planteo si yo soy elegible para tatuarme algun dibujo, topo con una de mis condiciones definitorias. Soy incapaz de no pensar y repensar las cosas, de no buscarle una y mil veces los pros y los contras a las cosas. Y claro con el tatuaje siempre llego a las mismas dudas metafísicas de siempre ¿y si me canso dentro de unos años? ¿y si resulta que le horroriza a alguien que me rodee? ¿y si no entro en el reino de los cielos por llevar un tatuaje que diga "Bruce is God"? Además recordad que soy un desgraciado y que no puedo evitar pensar que yo me tatuaré el día que el tatuador se quede sin tinta de un color, y me tenga que hacer mitad y mitad de dos colores, o que ese día las curvas del dibujo no le saldrán bien, las intentará corregir y le quedaran peor. Así hasta el infinito, pasando por ¿y si mi piel es extraña y pasado un tiempo absorbe la tinta?... Eso por no recordar que pasaría a engrosar la larga lista de individuos a los que mi padre considera que les "deberían cortar las orejas y tirarlos detrás del monte". Insigne lugar en que compartiría mis días, con mayor o menor fortuna, junto a violadores, terroristas, franceses, cantantes afeminados, jugadores masculinos de voleibol, miembros varios del PP y demás miembros de mal vivir. Como los que tocan la pandereta en la tuna (eso es cosecha propia ya os explicaré otro día mi aversión por la tuna en general).

Así que he llegado a la conclusión de que yo no me tatúo a no ser que sea el número de preso de una cárcel asiática, o el nombre de alguna novia excesivamente posesiva. Y en ambos casos mi voluntad contaría poco. Eh, pero una vez hecho, lo llevaría con orgullo, no os creáis. Aunque ahora que lo pienso es muy probable que si me tatúan el número de preso de una cárcel asiática, casi seguro que al poco tiempo me tatúan el nombre de alguna novia excesivamente posesiva...

Pero si soy sincero, y ahora ya en serio, sí que hay un tatuaje que me gustaría tener. Algun tipo de figura relacionada con el mar en la parte derecha de mi espalda, detrás del hombro. Básicamente pq me encantaría verme nadar por el mar y ver ese dibujo estirandose con mi piel en cada brazada, a veces sumergido, a veces medio oculto por la estela de agua. Pero como no me podría ver, pues que gracia tendría...

En cualquier caso sigo admirando los tatuajes de algunas personas. Como todo en la vida, supongo que es cuestión de buen gusto. Y algo de gracia. Y seguramente, y a pesar de lo que haya dicho, estando de acuerdo con mis musas, también depende de si te pega. Todos no hemos nacido para destacar con tinta en la piel. Yo prefiero verterla sobre papel, o en esta versión figurada que es un blog. Musas mías, eso si que me pega ¿no?

NOTA FINAL para el CMIX: En esa cena que tenemos pendiente, en la que os he de explicar toda esa ristra de cosas que os he prometido, me habéis de prometer que la pregunta que me habéis hecho hoy ¿de verdad te tatuarías?, me la responderéis vosotras cuando haya acabado de contaros todo ¿De acuerdo?


Canción del día: Cautious man de Bruce Springsteen. Recurro a mi angel de la guarda personal, Bruce, que, como no, tiene canciones en las que habla de tatuajes... Esta frase es genial "... On his right hand Billy tattooed the word love and on his left hand the word fear, and in which hand he held his fate was never clear..." Por cierto, una canción que pone los pelos de punta...

1 Comments:

At 23/9/05 08:44, Anonymous Anónimo said...

IDARIA CAMPEONA OEEE OEEE OEEEEE!!!

 

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