domingo, diciembre 11, 2005

Dolce far niente

KV dedicado a: a eso que los italianos definieron tan bien como el "dolce far niente" y que yo aplico a la perfección cuando me dejan.

Pues esto se acaba. Vaya, me refiero a mi megasemana de vacaciones aprovechando los puentes de estas fechas. La verdad es que necesitaba bastante estar 9 días separado de la oficina y las rutinas de cada día. Descubrir que realmente se vive mejor si se duerme de 8 a 9 horas diarias, y que el sol también existe, y no es algo que existe fuera del edificio donde trabajo entre que entro y salgo.

Por desgracia esto se ha acabado. No happy ending. Es domingo por la mañana y mañana tocará madrugar otra vez para volver al redil. Bueno, tampoco es que sea una tortura pero ayer por la mañana tenía la sensación de que lo de trabajar se había acabado de por vida. Pero vaya la ilusión duró 5 minutos.

No he hecho nada destacable esta semana. Hay gente que dice que no se cogería días de vacaciones si no es para embarcarse en algún viaje estresante de esos programados… Bueno, pues yo soy capaz de aprovechar el tiempo sin necesidad de hacer nada en especial, y durante esta semana he aprovechado para hacer mil y una pequeñas cosas que tenía pendientes, y que llegando a las 9 de la noche a casa pues como que no tenía ganas de hacer. Dolce far niente aplicado al milímetro. Hacer todas esas cosas que son niente pero que al final son dulces...

Por ejemplo, tuve tiempo para comprobar que efectivamente bajo mis montañas de cajas de DVDs, CDs, papeles y demás existía aquella mesa que en tiempos recordaba haber visto. Dios, tenía no menos de 200 DVDs encima de mi mesa esperando el momento de ser etiquetados y puestos en su armario correspondiente. Bien, pues no sé que día, pude dedicarle unas cinco o seis horitas a hacer todo el proceso de etiquetarlos todos y ponerles un número para poder clasificarlos/encontrarlos rápidamente… Y es que con más de quinientas películas la cosa ya se desborda un poco. Cuando acabé, algo cansado del tema y dándome collejas por no haberlo hecho antes, me sentí mucho mejor. Ahora encontrar una película será cuestión de buscar el número de lista que le corresponde e ir al armario. Dejamos atrás el tema de tener que mirar una a una las montañas de la mesa para encontrar la película que quería (que por efecto Murphy siempre era el DVD que estaba el último de la montonera).

Así que ya veo de que color es mi mesa otra vez y el teclado ha dejado de estar encajonado en una posición inmutable. Ahora ya lo puedo mover…

La segunda cosa importante que destaca ahora de mi mesa es mi flamante nueva impresora. Una HP PSC 2355. Un consejo/provocación de mi compañero de curro Juan Carlos me obligó a comprarla. Digamos que él y yo nos auto-castigamos frotándonos por las caras nuestras nuevas adquisiciones tecnológicas. Yo le “obligué” a comprarse mi reproductor de mp3 hace poco, el se vengó pasándome las fotos de su hija impresas con su nueva impresora por la cara, y claro, uno que es debilucho va y cede… No, ahora en serio, mi impresora antigua había sido un milagro que había conservado desde que me comprara mi primer PC, ahora hará unos 12 años… Así que amortizada está la pobre, y necesitaba una que tuviera rodillos que pillaran las hojas sin la ayuda de mi mano, que imprimiera en color, que tuviera una resolución suficiente para gráficos. Además esta tiene función de escaner (que el mío ya dejo de funcionar hace dos años), y puede imprimir fotos que quedan muy muy chulas… Además ocupa menos… Esto de la tecnología es una cosa…

Y la impresora me ha ayudado a realizar de forma más rápida una de las cosas que también quería hacer estos días antes de Navidad: imprimir las etiquetas de las cartas en que enviaré mis felicitaciones de Navidad…

Ya sé que no se estila mucho esto de las postales en los tiempos del Señor que corren. Ahora se estila lo de enviar postales electrónicas en que unos renos diabólicos se mueven al compás de una música de organillo realmente insoportable para desearte una feliz Navidad. Pero yo siempre he sido muy tradicional en algunas cosas y siempre me ha gustado perder un par de horitas en escribir alguna cosa al estilo de toda la vida, para la gente que ocupa algún recuerdo en mi cabeza. Así que hace un par de días pude sentarme con mis veintitantas postales y empecé a escribir todas esas frases tan manidas de desearle buenas fiestas y feliz año a todo el que creo que se lo merece (y son muchos he descubierto). La verdad es que lo de escribir a mano no se me da muy bien y es posible que las últimas postales que escribí sean ya algo ilegibles… Pero vaya, algo es algo, y espero que la gente se quede con la intención.

Además este año en algunas cartas he incluido una pequeña sorpresa que espero que guste. Algo para realzar un poco la típica postal. Veremos las reacciones.

Ahora sólo queda comprar los chorrocientos mil sellos que necesitaré para enviarlas, y hacerlo pronto para que todo llegue a los diferentes sitios de España, Catalunya, Alemania y, como no, Holanda, antes de la noche del 24, que a veces pasa que recibes una postal de estas a mediado de Enero y ya no hace tanta ilusión. Jo, está ya encima esto de la Navidad, si ya es día 11… Ya hablaré de la Navidad cuando llegue.

Y con cosas como estas ha transcurrido mi semana… Teniendo tiempo para pasear por Barcelona y ver a la gente agobiada comprando regalos. Teniendo tiempo para ver a mis amigos de siempre, ir al cine con ellos, comprarme nuevas zapatillas de correr con ellos, correr con ellos (esto que no falte nunca), hacer planes de correr maratones… O simplemente cenando tan plácidamente como ayer en que los siete rojillos nos juntamos alrededor de unas pizzas para acabar hablando de pq hay gente que todavía es capaz de seguir rompiendo preservativos, o de “quant de marro” hay en el mundo de los veterinarios…

Lo dicho, eso de que el trabajo dignifica al hombre está muy bien, pero vamos que tampoco hay que exagerar. Necesitamos trabajo para seguir viviendo, pero hay que aprovechar cada momento de descanso para olvidarnos de él. Yo me traje el portátil a casa para “mirarme algunas cosas”. Pero os puedo jurar que ese mirar me duró 1 hora de no sé que día, hasta que noté que un libro me llamaba desde una estantería… Y para el libro que me fui…

Así que mañana vuelve la guerra… Pero tranquilos que al soldado Xavi no lo derrotarán tan fácilmente…Al grito de "No te agobies, Xavi" aguantaré como sea estas dos semanas que quedan hasta Navidad...


Canción del día: Have you ever seen the rain? de Creedence Clearwater Revival. Una canción antigua que volvió a sonar con la película "Philadelphia" en una versión de Spin Doctors "... I want to know, have you ever seen the rain comin’ down on a sunny day?..."

3 Comments:

At 12/12/05 01:38, Anonymous Anónimo said...

Pero que desorden tenías, hasta a mi me molestaba ver esa mesa tan desordenada jajaj, que bueno que ya limpiaste, y a seguir luchando soldado, besos y hasta pronto byebye

 
At 13/12/05 11:51, Blogger Willow said...

solo dos cosas,

¿¿Montonera??

y exactamente a que os referíais con "como puede seguir habiendo gente que rompa los preservativos"??

Espero tu respuesta ;)

 
At 14/12/05 20:33, Blogger Unknown said...

Xavi, cuentame como es esa impresora, mira por donde, para variar, me irán bien tus consejos, ya que YoTbQuiero quiere una y está venga a darme la brasa, así que si ya me contarás
Bsts

 

Publicar un comentario

<< Home