La terrorífica tijera-peine

KV dedicado a: mi barbero por haberme cortado el pelo tan bien durante todos estos años, por todas las conversaciones que habremos tenido y sobretodo por ser un buen tipo.

Grrr... Vaya sábado... Odio tenerme que levantar pronto los sábados, y no poder recrearme hasta muy tarde bajo las sábanas. Pero hoy lo he tenido que hacer, he tenido que levantarme muy pronto. Bueno, lo he hecho pq he querido claro, pero en cierta manera me he visto obligado.

Hoy tocaba que me tomaran el pelo un poco, pq empezaba ya a tenerlo más largo de lo que toca. Como me recriminaría Lady Scenic ya estaba en la fase en que me empiezo a tocar el pelo para intentar, casi siempre en vano, ponerlo en su sitio. Además dentro de nada vienen a mi ciudad Willow y Kaos, y hay que estar guapo para ellas no. Al menos que no desentone mucho a su lado, que ellas elevan mucho el listón, y no se puede ir con un pelo andrajoso. Así que la visita al barbero estaba cantada.

Acostumbro a ir los sábados, básicamente pq entre semana y después del trabajo no tengo tiempo, ni ganas, y en segundo lugar pq los sábados consigo no tener que hacer nunca cola en la barbería.

Y es que mi barbero de toda la vida es de los antiguos. Nada de mariconadas de pedir hora para tal día. Allí van los hombres y dicen "¿el último?" y te sientas y esperas hasta que te toca. Si hay tres, pues horita y media que no te salva nadie. Así que intento ir los sábados. Pero como no me gusta esperar pues intento ir el primero para que a eso de las nueve cuando abre la barbería, sea el primero, que me pele en veinte minutos y estar listo. Vuelta a casa y me vuelvo a estirar un rato, muchas veces viendo algún DVD de la cole.

El único inconveniente para que este plan perfecto tenga efecto es que he de estar en la puerta de la barbería a eso de las 8:30 de la mañana, media horita antes de que abran... Total que me tengo que levantar prontito, para lavarme el pelo y desayunar un poco.

Pero hoy, ni siquiera llegando a las 8:25 he podido evitar que un tipejo estuviera ya esperando. Cagontó. Mi gozo en un pozo que se suele decir, mi prometida vuelta a la cama casi seguro se iba al garete.

Son los inconvenientes de ir a un barbero tradicional. Pero vaya, lo acepto con normalidad. Básicamente pq no me veo yendo a otro barbero. Que yo sepa, sólo dos personas más me han tenido que cortar el pelo. Mi madre cuando era pequeño, y un criminal cuando tenía unos 11 años. El resto de cortes de pelo de mi vida, y esto es verdad, me los ha hecho mi barbero. Y claro me conoce desde criajo cuando iba con mi padre o mi hermano. Así que ya deben ser unos veinte años yendo cada dos meses a mi visita rutinaria, y me inspira mucha confianza. Además es un buen tipo con el que siempre se puede hablar de todo. Aunque el fútbol es lo que nos ocupa casi todo el rato. Menudas tertulias se montan en la barbería cuando estamos los dos. Bestiales. Ah, y por supuesto, me corta bien el pelo. Todo lo bien que se me puede cortar, que Dios me dio muchas cosas pero un pelo bonito, por supuesto que no.

En fin, que no me veo en otras manos. Y es que siempre que lo pienso me echo a temblar y es que recuerdo mi "experiencia" con Eduardo Manostijeras y es que así recuerdo al tipo que tuve que ir en una época en que mi barbero creo que tuvo una larga enfermedad. El manostijeras éste tenía otra barbería cerca de mi casa y mi madre me llevó allí. 11 añitos debía tener, y fue "una tortura" como la que cantan el Alejandro Sanz y la Shakira. Tirones, más tirones, navajazos, cepillos rarísimos que me hundía en la piel, y más tirones...

Pero lo peor fue cuando sacó la tijera-peine. Sí, la tijera peine. Yo no sé si eso esta permitido, pero era una tijera que tenía una hoja tradicional, con filo, pero la otra hoja era un peine. Como os digo. Nunca lo he vuelto a ver, pero cuando sacó esa tijera-peine, me sentí como un toro que después de la lidia, ve al torero cogiendo el estoque. "Ya puede entrar a matar" me faltó decir. Y es que aquello fue como el morir. Dios mío que dolor, la tijera-peine cumplía a la perfección con sus tareas de ni peinar, ni cortar, sino todo lo contrario. Los tirones de antes eran gloria, pq ahora eran mortales...

Es posible que esa tijera sirva para alguna función ya que seguro que no la construyó el inútil aquel, que seguro que la compró. Pero lo que estaba claro es que él, no la sabía utilizar. Tenía una cara de cazurro el muy animal.

Nunca más... Le vengo contando esta historia a mi barbero, el señor Jose, desde entonces y siempre le digo en broma que yo no le dejaré jubilarse, y que sí lo hace iré a su casa cada dos meses a que me pele, pero que yo no me vuelvo a enfrentar a esa multitud de Eduardos Manostijeras con sus tijeras-peine en ristre que me esperan ahí fuera. Antes me rapo al cero para evitarme sufrimientos.

Así que esa es la historia de mi barbero. Por fortuna y aunque he viajado mucho, nunca he estado más de un mes o mes y algo fuera de casa, con lo cual siempre he podido ajustarme las visitas a la barbería. Hasta una vez aguante todo un un agosto con un pelo larguísimo por no ir a una barbería del sitio donde estaba. Lo que llegué a sudar.

Son cerca de la una y creo que les explicaré a mis padres que han de hacer para cambiar los canales del Canal Satélite... No quiero ni pensar cuanto tardaré... Pero en algún momento lo he de hacer.

Me despido aquí. Mañana tengo Cursa, así que supongo que el rollo de mañana irá de carreras y tiempos por kilómetro y todo eso.

Seguro que corro más rápido con el pelo recién cortadito.

Canción del día: La tortura de Shakira. Bueno ya que ha salido por el texto, pues que sea ésta la canción del día "... Tampoco te pido que vuelvas rogando perdón, si lloras con los ojos secos, y hablando de ella..." Feo, no se puede pedir perdón hablando de la otra.