martes, diciembre 27, 2005

No te agobies, Ingrid

KV dedicado a: la dependienta de "The Phone House" y su paciencia infinita

Después de unos cuantos merecidos días de descanso, enfrascado en mil y una comidas, cenas y demás ágapes navideños hemos vuelto a la tregua que existe entre el día 26 y el 31… Y hoy martes he vuelto a aparecer a la realidad…

Digamos que tenía algunas cosas que hacer. Básicamente ir a una tienda a renovar mi móvil, ir al centro a encargar unas memorias para los portátiles de unos chicos nuevos de la empresa, ir a comprar algo para mi madre para el día de Reyes, ir a comprar el suministro de garrafas de agua para casa, comprar algún regalo para mi padre y luego permitirme algún capricho…

Todo ha salido bien la verdad. He podido encargar las memorias, he comprado un par de libros para mi madre sobre los años de la Guerra. Y luego tras una comida en casa seguida de una caja de mazapán de Toledo (bueno, la mitad sólo, la otra mitad me la he metido meredando) he ido a un centro comercial enorme que hay cerca de mi casa y he comprado las garrafas, algo de comida que faltaba. Y también el regalo para mi papi. Una especie de caja de herramientas que-lo-tiene-todo que nos irá bien. A él para seguir simulando que arregla todas las cosas que se estropean de casa. Simulando pq no las arregla, simplemente transmuta el motivo de fallo. Peto y lo bien que se lo pasa. Eso y algún DVD de los hermanos Marx y mi papi ya estará contento. Especialmente pq mi padre espera cero regalos y luego te echa la bronca por haberle comprado algo… Y mi capricho fue comprarme unos DVDs para mi amplia colección. La segunda temporada de la serie “A dos metros bajo tierra” (que os recomiendo fervorosamente ya que está muy bien, un día os contaré más).

Y ya está, eso era básicamente lo que tenía que hacer durante el día. Pero me he dejado para el final lo mejor que ha sido cronológicamente lo primero. Ir a una tienda de estas “The Phone House” a renovar mi móvil.

A ver, mi móvil antiguo funciona. Recibe llamadas, es capaz de hacerlas, envía mensajes y los recibe. Ya está, un teléfono no necesita nada más. Tres años que lo tenía y me ha ido muy bien para lo que me costó, que creo que fueron 10 euros con alguna promoción… Pero el caso es que ya estaba harto de él. Yo soy un apasionado de la tecnología y me gusta tener chismes nuevos que usar, y lo del móvil era una cosa que se me estaba quedando anticuada… Y es que a las ganas de tener un nuevo aparato ultramoderno se contraponía una de las cosas que me definen. Me da mucha rabia comprar una cosa que hace lo que ya hace otra que tengo. O sea, tener un video y comprarte otro. Si, será más moderno, hará más cosas, pero no deja de ser un video y hace lo que hacen todos los videos… Así que, generalmente, en las ocasiones que me planteaba tener un nuevo móvil siempre se me ocurría que había otras cosas que no tenía. Así que entre una cosa nueva, y una cosa que sustituye a otra igual… pues me decantaba por la nueva.

Pero estos últimos meses ya llegué al límite. Yo quería mi móvil modernito, con pantalla a color, con mp3, con cámara de fotos, con t…a…p…e…t…a que diría la buena de Willow, con capacidad para algo más de 12 mensajes que es lo que tenía el mío, con una batería que no requiriera una carga diaria. Un móvil que no me avergonzara dejar en la mesa. Vamos algo digno de mí…

Hice un gran análisis de mercado de horas y horas en Internet, para al final decir “Oye, Willow, ¿el móvil q te regaló Kaos mola?” La respuesta fue un “Mazo”. Análisis de mercado finalizado. Un Samsung Z140… Vi la oferta en esta tienda y para allí que me fui… Y ha sido algo dantesco… Un auténtico muestrario de lo que es la sociedad, que me ha encantado y que quiero escribir para recordarlo dentro de unos meses.

Llego a las 10:30 a la tienda que abre a las 10:00 y había unas 5 personas por delante de mío. Un letrero de esos como los de la carnicería anunciando el turno ponía “16”. Yo entré y no cogí número. Sólo había una dependienta, mi nuevo amor platónico, Ingrid, y por tanto pocos equívocos podía haber. Una sola fila, “¿quien es el último, por favor?”.

A los que estaba atendiendo Ingrid (que entonces seguía siendo una rubia sin nombre) en aquel momento eran una pareja de gente mayor, de unos 60 y pico seguramente… Crisis… Les habían regalado un móvil nuevo de estos ultramodernos para la mujer, y venían a que le cargaran la agenda antigua o algo así… Buah, mortal, resulta que la chica de la tienda no podía cargarles la agenda al nuevo pq tenía la buena mujer 203 contactos !!! “Pero si yo no tengo tantos números, chiquilla”. “Pues es lo que pone la agenda”. “Pero yo no los tengo en la agenda, chiquilla”… La gente de la cola empezaba a mosquearse. “Yo los tengo en una cosa que pone E”… “Eeeeehhh” es lo que hemos dicho la chiquilla (alias la dependienta) y los demás de la cola… “Lo de la E debe ser lo de la agenda, señora”. “Pero si yo sólo tengo unos cuantos números”. Y entonces algo típico de los viejetes como mis padres, se ha puesto a relatar los números que tenía y a contarlos con los dedos, como si eso fuera algo relevante “La Toñi, la nena, el del Carlos, el de mi hermana la de Burgos, etc…” Ingrid la dependienta impertérrita… Hasta que acabó la lista en unos 15 nombres… “Bueno, señora, pero la agenda dice que son 203”… Aquí una discusión esteril de “No puede ser” “Pues si”, “Pues no”. Total que al final le dice la dependienta, “tendrá que copiarlos a mano, uno a uno”… Y lo ha dicho con un sarcasmo que me ha robado el corazón…

Segundo asalto de la mujer… “La chica del otro día me dijo que daban un manos libres”. “Eiiiin” ha dicho la dependienta. “Un manos libres para el coche de la nena”… Entonces le ha explicado en n-mil intentos que lo único que tenía era un descuento del 10%, que el resto lo había de pagar… Bien, al final lo entiende y le dice “Quiero el manos libres”. “¿De que marca?”. Y la mujer le suelta “¿El qué?”. “El manos libres, señora, ¿de que marca es el móvil de su hija?”. “Ah no lo sé”. Momento crítico dos… La buena mujer ha intentado definir el móvil como “es así pequeñito [gestos con las manos simulando pequeñez], azul así como cobalto y turquesa [intentos futiles de ver algo en la tienda de ese color], y se lo compró en una tienda del centro, hace no mucho, tiene que ser de los nuevos”. Ingrid, sin inmutarse, yo partiéndome, y dos mujeres delante de mío apunto de cometer homicidio. “Si no me dice el modelo del móvil no puedo darle el manos libres”. Total que la mujer se gira a su marido y le dice “Llama a la nena”. El marido llama a la "nena" y le da el móvil a su mujer “Nena, que estoy aquí [… dos minutos de puesta en escena.., estoy aquí, me he cambiado lo de la agenda pero no iba… bla, bla, bla… y lo del manos libres no sé que… bla, bla, bla… ] ¿qué móvil tienes tú?” Un Nokia no sé que… Bieeeeen, al fin... Los de detrás hemos empezado a hacer la ola casi… Le ha dado el manos libres y fuera… Aún así la mujer ha hecho un intento de intentar resumir todo lo pasado como si no hubiera nadie detrás… Bla, bla, bla…

A todo esto, un hombre que estaba delante de mío se ha ido. Ha entrado una mujer por detrás con un perro que tras meterse hasta tres veces entre mis piernas [el perro no ella, malpensados] también se ha ido. Luego ha entrado un tío que sólo quería saber si tenía una tarjeta de memoria para su Samsung Z300, pero que se ha tenido que chupar toda la cola pq la dependienta no tenía ni idea de si tenía o no…

Finalmente, y todo esto mientras, la señora Eduarda ManosLibres era atendida, ha entrado el Enterao. Ha sido llegar ir a coger un número y le hemos dicho que no había números que se iba por cola. “Esto no va así, esto va por número, si no hay número no os atenderán”. A lo que todos nos hemos girado y con incredulidad le hemos insinuado que lo llevaba claro si creía que no nos iban a atender. Entonces se ha puesto a debatir con quienquiera que le escuchase sobre teoría de filas y colas, y que si todos teníamos que coger el número… Bueno…Luego hablaré más de él…

Se van los señores de Manos Libres y pasa una chica que quería el Motorola no sé que para hacer una portabilidad. Todo se ha despachado con un “De esos ya no tenemos”. Usease, haber elegido muerte, te has tragado 15 minutos de cola… Siguiente…

Un “neng” de Castefa que quería cambiar el móvil pq no sé que le pasaba que se le apagaba “Voy y hago una foto y raca se me apaga”. Lo del “raca” es así como lo decía él. Supongo que es la fórmula coloquial del "racatá". “Hago una llamada lo meto en el bolsillo… lo pillo luego y raca está apagado”… Nada ha ido rápido, se lo ha cambiado por un modelo parecido y visto.

Luego le tocaba a la que yo he bautizado como “Pija de barrio con pinta de ser una buscona” [es lo que tiene el ponerse muy inquieta en una cola, ir vestida en plan motel de carretera y darme tiempo a pensar un apodo]. Quería comprarle un móvil a una amiga, hacer una portabilidad y tal y Pascual… El móvil estaba, llevaba la documentación de la amiga, cartilla del banco incluida… pero Ingrid ha dictado sentencia “Tiene que venir ella a firmar”. Buahhh, se ha pillado un rebote la “pija de barrio con pinta de ser una buscona” que ha pasado a ser la “pija histérica de barrio con pinta de ser una buscona”. Un par de frases fuera de lugar rollo “vaya mierda, pues si que estamos bien, cuantas leyes que teneis, etc”… Se despide, y portazo que te crió… Ay, como me encanta observar a las personas… Internamente había apostado a que lo iba a hacer. Y lo ha hecho…

Siguiente. Era otra mujer, esta vez era “cara bulldog” [por motivos obvios]. Parecía razonable al principio. Hablaba en catlán, muy educada. Resulta que su móvil no se podía cargar con el cargador… Entonces se ha puesto a poner nerviosa, pq era la segunda vez que lo traía “Y ya está bien, esto no puede ser, etc…” Momentos de tensión ya que estaba poniendo a parir a la gente de la tienda “que si ella no tiene todo el tiempo del mundo, que si la otra vez ya le dijeron que todo iría bien, que si la abuela fuma” y Ingrid inmutable… Ha sacado un móvil igual, ha probado un cargador nuevo y… voilà… ya funcionaba… La mujer decía que con el suyo no, que si pruébalo que si pruébalo... Evidentemente y para evitar problemas, la dependienta no lo ha probado. Le ha dado el cargado y visto... Solucionado…

Y entonces me tocaba a mí… Me he acercado al mostrador y he visto a Ingrid en todo su esplendor. De unos 30 y pocos añitos, de ojitos verdosos, con un mini brillantito de esos que se ponen en una aleta de la nariz, de esos que son mini.mini… Una voz dulce y cálida. Más bajita que yo, bueno eso no es tan raro, medida estandar 1,65 supongo y me miraba para arriba.. Hemos hablado en catalán y lentamente me he dejado enamorar de sus miradas… Pero centremonos. Total que he pedido el móvil que quería y ese ya no lo tienen, scheisse, sino uno muy parecido, en lugar del Z140 el ZV10… Pues nada, eso que me he llevado. Bueno, hasta dentro de dos semanas no lo tendré pq pasaba de Movistar a Vodafone y las cosas de palacio van despacio… Pero vaya, ya es como si fuera mío. Me ha enseñado el teléfono, me ha hecho hacer todo el papeleo, y por primera vez Ingrid, que así me ha dicho que se llamaba al darme la tarjeta por si tenía dudas más tarde, ha dado síntomas de ser humana y en voz baja me ha dicho “Voy a poner lo de los números de la cola, que esto se está poniendo feo”. Y es q detrás había ya unas 8 personas… Yo le he dicho que era buena idea pq la gente se estaba poniendo nerviosa “Tú me dirás” me ha contestado, y entonces yo le he soltado mi “No te agobies, Ingrid”… Ha levantado la vista de los contratos que tenía y me ha sonreído… Nunca falla el “No te agobies” de mi querida Willow es la receta fantástica… A partir de ahí me ha hablado como a un coleguita, haciendo alguna broma incluso... Y es que tengo ese influjo en las personas. Inspiro confianza...

Bueno, hecho el papeleo, me ha comentado sobre una oferta para las llamadas desde mi fijo para que salgan más baratas, y me ha pasado unos papeles para rellenar. No tenía todos los datos y he ido a casa a rellenarlo…

30 minutos después ya volvía a estar en la tienda… Estaba atendiendo al Enterao que quería poner orden en la cola mucho antes. Y era un enterado 100%... De esos que en los bares son pesaos pesaos con las tías… Le estaba comiendo la cabeza con el supermegaplan que quería hacer “yo me compro el móvil prepago barato, el más barato con un euro de saldo, luego, me hago una portabilidad con migración, luego, no sé que, me pasan el saldo, pero el móvil será de mi hermano, que con los puntos se lo queda y a mí me da otro que le hago una portabilidad, lo libero… “ Así un rato largo, recostado sobre el mostrador en plan chuloputas que ha rematado con un “¿Eso es legal?” Y la dependienta ha dicho “No se puede hacer”… El enterado, que por cierto era de la tribu Valeman (como tu compi Willow), ha insistido “¿Pero sería legal?”. Respuesta inflexible “No se puede hacer, legal o ilegalmente”. Visto…

Yo con mi contrato en la mano esperando en la cola, para entre este tío y la siguiente chica darle el contrato, que ya me había dicho Ingrid que no hacía falta que hiciera la cola si se lo llevaba ahora. Y mientras esperaba al final de Johnny “Esto es legal” Enterao, dos chicas rollo neng hablaban delante de mí. Tenían 16 años pq lo que decían, y una le relataba a la otra como se había partido la cara con otras en el metro el día de Navidad. Que si me pidió que le diera la pasta, que si yo le dije que sin navaja o pegándome no le daba nada, que si me pegó una hostia, que si yo la empujé, que luego cuando se iba, la cogí del pelo y le metí un puñetazo y la dejé sangrando, que si luego sus amigas vinieron a por mí… Bendita juventud, estos nos pagaran la pensión, ¿a que sí?…

En esta segunda espera en la tienda dos o tres especimenes más. El nervioso que no para de moverse dentro de la tienda, de la tribu de los "me permite, me permite". El listillo que se pasa el rato con el “oye me guardas la tanda que voy aquí al lado a comprar algo, oye que voy a mover el coche, oye que voy a fumar”. Y como no la familia que va a todos los sitios junta. Padre, madre, abuela, hija, niño cabrón que no para…

Nada yo le di a mi Ingrid el contrato, sonrisita, ya te avisaremos cuando hayas de venir por el móvil y puerta…

Siento el coñazo de lo del móvil… pero es que me ha parecido curiosísimo. Además hacía días que no escribía y tengo mono...

Y como no, he conocido al amor de mi vida. Ingrid la de los ojos verdes, el pelo rubio recogido y su tipito coquetón… Bueno, el amor de mi vida hasta mañana…


Canción del día: Els teus ulls glaucs de Glaucs. En catalán hay un adjetivo que define perfecto el color de los ojos de Ingrid. Glauc que quiere decir algo que es entre verde-azul, clarito... Es en catalán aviso pero se entiende ¿no? "... Despullant els colors parlarem de foscors, obrirem un camí sense oblidar...els teus ulls glaucs ..."

2 Comments:

At 30/12/05 15:35, Anonymous Anónimo said...

por cierto, ayer mi herm me dejo los pequeños consejillos para lo del emule y la primera en la frente, en la pagina principal pone que las peliculas avi son las mejores para bajar y la experiencia que tuve no es esa. Resulta que la primera pelicula que baje fue la de desaparecida, y en vez de esa fue una porno, y lo hice bien porque era una avi.....
lo unico que yo pense que avi era un gilipollas que ponia pornos en el emule y no me he vuelto a bajar ninguna mas de esas.....jeje

 
At 4/1/06 21:05, Blogger Willow said...

buen chico, movil nuevo y además vodafone, veo q nuestra influencia se sigue notando... ;)

Aparte de q te molen chicas tipo nórdicas, Ingrid no era el nombre de otra persona tb?

 

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