Grifo mezclador

KV dedicado a: Antonio Lobato, el calvete de Tele 5 que comenta la F1, que creo que está secreta pero perdidamente enamorado de Fernando Alonso

Como seguro que se irá descubriendo a lo largo de los rollos que iré soltando en esta página, poco a poco iran quedando de manifiesto algunas de mis condiciones definitorias como ser humano. Hoy creo que dos de las más importantes saldrán a la luz. Que soy un "desgraciao" (en el sentido divertido de la palabra) y que soy un "agobiao".

La primera, mi "desgraciaoness" se refiere a la intrínseca capacidad que tengo de que todo aquello más fútil de la vida me salga inesperadamente mal, o me suponga un ligero quebradero de cabeza.

La segunda, mi "agobiaoness" se refiere sin duda a la ilimitada capacidad que tengo para obsesionarme y agobiarme (de ahí el nombre) por todas esas fútiles cosas de la vida que me han salido inesperadamente mal, como consecuencia de (párrafo anterior) ser un "desgraciao".

Os pondré un ejemplo de todo ello, con una situación que se me ha presentado esta mañana sin ir más lejos. Uno que es muy limpio y se ducha al menos una vez al día ha tenido un ataque de agobio claro y demostrable al meter sus pies en la bañera.

Los grifos de la ducha tienen un mando que permite dirigir el agua bien al grifo grande que llena la bañera, bien a lo que se acostumbra a llamar teléfono (otras corrientes de pensamiento lo llaman alcachofa, creo). Pues bien, slowly but surely, a lo largo de los últimos meses, el funcionamiento de este mando de mi ducha ha ido fallando, desviando cada vez más agua de la alcachofa al grifo grande. Como comprenderéis este comportamiento se encuadra claramente dentro de mi condición de "desgraciao", algo estúpido en mi vida que me llega a agobiar, ya que lenta y angustiosamente, se me escapaba gota a gota el agua que salía por la alcachofa. ¿Es o no agobiante la situación?

Hasta ahí la situación de partida, que derivó en lo inevitable. Un buen día de agosto, la ducha dejo de dirigir agua a la alcachofa. Crisis total y niveles de agobio por las nubes. Había llegado el momento de cambiar el grifo de la ducha.

Así se hizo. Le encomendé tan dignificante tarea a mi padre, que contacto con el lampista más cercano. Y como siempre la cosa salió mal. Olvidé (por mi condición de desgraciado) comentarle algo básico. Y es que NO quería ver ni en pintura un grifo de este tipo. Creo que se llaman grifos mezcladores, y se diferencian de los grifos tradicionales en que son monomando. Una palanquita demoníaca que se mueve de arriba a abajo para dar más caudal de agua, y de izquierda a derecha para regular cuanta agua caliente se quiere o no. Los otros grifos los de antes, tenían dos giradores, uno para el agua fría y otro para la caliente. Eran independientes y tu podías facilmente mezclar el caudal de agua fría con el de agua caliente a gusto. He de admitir que estéticamente los grifos modernos, los mezcladores, me parecen más atractivos que los de antes, pero tengo que decir que son una tortura para mí, y es que no soy capaz de ducharme con ellos sin agobiarme mucho.

Bien, ahora que ya conóceis mis gustos podéis llegar a intuir que tipo de grifo me encontré instalado cuando volví del trabajo la tarde posterior a que le encomendará el trabajo a mi padre. Sólo hay que recordar mi condición de desgraciao, para saber que lo que ví al correr la mampara fue un grifo mezclador. Inmediatamente me dije "Xavi, eres un desgraciado", y pasé a experimentar la segunda condición humana que hoy os he descrito, me agobié mucho. Me agobié pq empecé a calcular el número de veces que me agobiaría al tener que usar el grifo mezclador.

Veamos, hagamos cuatro números rápidos. El grifo antiguo estaba en funcionamiento desde que vivo en esta casa, a la que me trasladé con 6 años. Si ahora tengo 30, significan 24 años de vida de un grifo. Teniendo en cuenta que las cosas ahora se rompen antes, le voy a aplicar un factor de corrección de vida esperada del 50%. Con esto nos quedamos en unos 12 años. Pero le he de aplicar un factor de corrección extra, y es el del 50%. 50% de vida extra que tienen las cosas que no me gustan, que sólo para recordarme que soy un desgraciado duran un 50% más de lo esperado. Con lo cual, nos queda que el grifo nuevo no me durará 12 años sino que por lo bajo serán unos 18 años. Si un año tiene 365 días, en 18 años tendré que vivir 6570 días. A una media de unas 1,5 duchas diarias (algunos días me ducho una vez, otras dos) nos da unas 9855 duchas. Tendré que utilizar el grifo mezclador 9855 veces. Todo este cálculo es que el que hice mentalmente al ver el grifo mezclador instalado en mi ducha. 9855 veces que me tendría que agobiar intentando no escaldarme/congelarme con el monomando de las narices. Por cierto, es el módelo Ibiza.

Y es que he de confesar que tengo un problema con los grifos monomando. Soy incapaz de encontrar una posición que me permita ducharme sin escaldarme/congelarme. Años y años en hoteles, casas ajenas, lavabos de todo tipo y no he sabido aprender a regular la temperatura de estos engendros. Pero ahora la situación es desesperada pq tengo el enemigo en casa. Cinco años estudiando ingeniería industrial y soy incapaz de usar algo que tiene el mecanismo funcional más cercano en complejidad al del sonajero, que también es monomando (no mezclador en este caso).

Pido desde esta tribuna que alguien me cuente el secreto. Ha de haber uno. No puede ser que todo el mundo se escalde/congele en silencio y se niegue a decir que no sabe utilizarlo. O callan y mienten (que podría ser ya que no todos son tan valientes como yo), o es que los demás si saben utilizar el grifo mezclador. Me urge conocer y dominar la técnica. Internet no me ha dado muchas pistas.

Os cuento lo que hago yo, a ver si hago algo mal. Abro el grifo tirando para arriba hasta que sale la presión de agua que más o menos quiero. Luego tiro hacia la izquierda para que empiece a salir agua caliente. A la que mi mano empieza a chamuscarse, gradualmente voy girando el mando (dirección agua fría). Hasta que llego al punto en que noto que algo de agua fría se mezcla con la caliente y el agua va saliendo más templada. A enjabonarse... Pero llega un momento en que esa mezcla de aguas no sirve y empiezo a congelarme ya que el agua sólo sale fría.

Empiezan los momentos críticos, con mi mano enjabonada escaldada una vez y congelada ahora, intento girar el grifo en dirección agua caliente. Los resultados no son inmediatos, y he de soportar unos segundos de agua helada en mi espalda, pero el agua vuelve a salir templada. De modo que se demuestra que en dos posiciones diferentes el agua sale a la temperatura que yo quiero. Me aclaro el cabello, y a mitad de la operación, vuelvo a sentir que sale humo de mi cuerpo y algo huele a quemado. Grito de dolor, y mano escaldada-congelada-escaldada que vuelve a tener que accionar el mando, para encontrar la tercera posición estable de temperatura. Si hay suerte la ducha concluirá ahí. En otros casos, la lucha se vuelve más encarnizada y no bajo de los 5 o 6 ciclos calor-frío, frío-calor.

Quizás es cuestión de entreno, pero yo ya os digo que tras cinco días de frustaciones y desesperación, no lo he conseguido. ¿Vosotros como lo hacéis? Mando un aviso desesperado a todo aquel que lea esto, ya que me voy a tener que duchar 9855 veces a lo largo de los próximos 18 años de vida útil de mi grifo de ducha, aguantando un agobio enorme y repitiéndome que soy un desgraciado.

Terrible vida la mía. Creo que esto del blog va a ser un acierto, para sacar fuera todos mis demonios. ¡Pero es que hay tantos!

Canción del día: Antes muerta que sencilla de María Isabel. En la que se canta "... muchos potajes de los de antes, por eso yo me muevo así con mucho arte..." ¿Pq se considerarán los mensajes publicitarios que incitan a la anorexia tan malos? ¿No evitarían maltratos a la humanidad tan flagrantes como éste?